viernes, 7 de octubre de 2016

Diario de a bordo VIII

Una obra de arte puede hacerte vivir.
Pero, normalmente, no da para vivir a los que la hacen.
De ahí lo de por amor al arte.

Es tan difícil tener que demostrar que eres el mejor o la mejor en algo que todo el mundo quiere.
Si hubiera un Gobierno en España no sé si se daría cuenta de que el arte es un derecho fundamental.
Un derecho y una obligación moral.
Igual que somos educados y sanados, el pueblo, el ser humano necesita ser acariciado, incomodado, cuestionado y finalmente abrazado.
El arte es lo único que nos hace trascender.
Que nos coloca fuera de nosotros mismos para hacernos mejores.
El arte convierte la empatía en acto reflejo.
No sé lo que somos.
Pero sí sé que no somos cobardes.
Porque tal vez seamos unas muertas de hambre.
Pero nunca.
Nunca.
Moriremos de miedo.
Espacio para pintar en el patio de la casa de mis padres .Pintaba para la exposición " Ríos y senderos " año 2006


Porque hay personas que necesitan contar cosas.( yo soy una de ellas )
Espacios físicos que necesitan contar cosas.( Moranchel necesita contar cosas por eso pinto trampantojos en sus fachadas )
Y es esa necesidad la que dignifica la profesión.
Artistas de este país.
No desfallezcamos.
Muchos y muchas sabemos por qué empezamos en esto.
Por qué no somos banqueros o astronautas.
No lo olvidemos nunca.
Vamos a estar presentes.
En inmensos carteles.
O en salas pequeñas.
En aceras con cañas.
En libros autoeditados o exposiciones autofinanciadas.
O en escaparates o en lavaderos de pueblos o en ríos  o en parques infantiles o en calles de pequeños pueblos.
En pisos con sábanas o en grandes museos.

5 comentarios: